SARA: Quien es?
BEGOÑA: La alegría
S – Alegría, qué rara eres!
A – Rara yo?
S – Si tú. La verdad es que tu nombre me suena un poco cursi, superficial.
A – Tú si que eres superficial. No tienes ni idea de lo que importa en la vida.
S – Puede ser, no lo voy a negar. (pausa) Eres como un fiesta popular, divertida, pero vulgar, ¿no te parece?
A – Jajajaja, de verdad que eres tonta, no sabes disfrutar de nada. Eres una Snob.
S – No soy snob, pero tú eres como un sucedáneo de la felicidad, una mala copia de la realidad.
A – Por qué tienes que darle a todo ese tono dramático y simplemente no te dejas llevar un poco por las cosas sencillas de la vida. Yo soy lo sencillo, lo leve.
S – En realidad creo que la snob eres tú. Tienes una soberbia que me molesta, los que están contigo andan con un aire de superioridad que desde fuera se ve patético.
A – De verdad, relájate un poco Sara que así te vas a perder muchas cosas buenas. ¿Qué te parece mejor la tristeza? ¿más profunda, más intelectual?
S – Eres como la risa tonta, como un puñado de confeti de colores… pero cuando te vas, dejas todo el suelo perdido, y ya no sirves para nada.
A – ¿Estas diciendo que los buenos recuerdos no sirven para nada?
S – Bueno, Creo que en el fondo, lo que pasa es que te tengo un poco de rencor. Siempre me has impuesto un poco, y me ha costado acercarme a ti. Siempre te he visto irte con los demás, por qué ellos no te tenían miedo. Y ahora que ya no te tengo miedo y estás más a menudo conmigo, la verdad es que me alegro!, tiene gracia. Te apetece tomar algo?
A – No gracias, ya me iba.
S – ves como eres…